Y la luz cayó sobre un mar Antiguo. Y se encandiló.
No quiso ver su reflejo de siglos rotos. Su alma en las olas. Sus límites sobre la tierra, que lo recibía, renovada.
Y fue lluvia y viento el regreso. Fue furia también, que para dejar al mar nuevo, lo deshizo, lo rompió en millones de gotas, para después juntarlas y hacerlo nacer.
Devuelto a su memoria, reconocido en su cuerpo, simplemente, lloró.
lunes, 11 de febrero de 2008
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1 comentario:
Creo que està bien que se difunda. Uno escribe primero para uno y luego para los demàs.
No compartirlo es un pecado capital.
Molo
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